Trabajo de campo con informantes ishír (chamacoco), El Potrerito, Paraguay, 1992. Mito sobre cómo Déich (Sol) ordenó a los distintos pueblos y sobre el origen del ano

En la época en que Déich (Sol) se reunió con los distintos pueblos, sobrevino una gran inundación por la crecida del río, que se ensanchó y ya no bajó. Según el informante, los grupos indígenas que habían migrado a "otros países", ya no pudieron volver. Cuando Déich bajó entre los ishír, éstos aun no tenían ano, por eso solo podían alimentarse con caldo. Un día un niño comió carne de mbuzú (anguila) y miel, por lo que comenzó a dolerle su barriga. Entonces Sol cortó con su uña la piel que recubría el ano del niño para que pudiera defecar, y enseñó igualmente a todos los ishír, mujeres y hombres, a abrirse el ano con sus uñas unos a otros. Luego Sol reprochó a los animales que seguían acudiendo por comida a los toldos de los ishír (como la zorra) y los amenazó para que fueran a hacer su vida en el monte y procurarse su propio alimento. Cuando Sol vio que ya todos los pueblos estaban bien, volvió con los ishír y les preguntó si también ellos estaban bien, y le respondieron que sí, que tenían todo lo necesario. Para el informante esto se debe a que los indígenas nunca calculan o prevén nada, solo viven el día a día y con eso les basta. El informante sostiene que la actual vida precaria de los ishír es resultado de la incapacidad de los "abuelos" (los antepasados) para aprender lo que Sol enseñó a los otros pueblos. El informante que oficia de traductor señala aquellas cosas que considera que "el gobierno" (el Estado paraguayo en este caso) debería hacer por los indígenas, especialmente dar educación a los niños. Cuando finalmente Déich partió, llegaron a los toldos unos "extranjeros" que montaban en mulas